Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

6.8.13

Admitiendo

Admito que a veces me gusta perderme demasiado, que las cosas pasen por al lado y tal vez no prestarles demasiada atención.
Admito que me gusta levantarme tarde cuando hace frío, y que las mejores madrugadas son las que se gastan abrazando.
Admito que me hubiera gustado cambiar muchas cosas. Admito que siempre pienso en irme lejos. Sin importar nada, ni nadie.
Admito que los errores más graves son aquellos que no tienen ni tiempo ni cortesía para dejarse enmendar. Que te dejan tirado, con el corazón embarrado y sin ganas de seguir.
Admito que hay gente que me tira para adelante, quienes me tiran para atrás. Y admito que me encanta quedarme en la mitad.


Admito que me canso rápido y pocas veces tengo paciencia. Que cuando las cosas me salen bien, chisporroteo y me quiero escapar, que siempre le busco la quinta pata al gato. Que cuando me va mal, me digo que lo tengo merecido, y que debería estar más abajo que el tope más bajo.
Que me da "extrañitis" muy seguido y me pinta bajonearme y mirar el techo como bien boluda que soy. Que escucho Lana del Rey no solo los días nublados. Siempre fue mi gran compañera para mirar el techo.
Admito que siempre pienso MUCHO las cosas antes de hacerlas. Pero la mayoría de las veces me arrepiento igual que si no las hubiera premeditado.
Admito que muchas veces pensé en ser otra persona, una cantante famosa o una de esas rockeritas que vive empepada y con la vida sustanciada por quien vaya a saber qué cantidad de cosas.

Admito que admitiendo no llego a ningun lado. Y no me queda más que seguir escuchando Lana y seguir mirando el techo cuando sea necesario. Y en los otros momentos reír. Reír igual porque soy bien guapa, y me encanta vivir así.