Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

30.3.11



lo veo en tus ojos, cansados de llorar..
 


26.3.11

Tengo abierta la ventana, porque asi se escapa el tiempo sin verte.

 Debo admitir que se me hace tremendamente dificil seguir así, de este modo. Pero me advertiste al irte que esto sucedería. Me preguntaste si estaría bien, y sin poder dejar mi orgullo de lado te contesté que ya ibas a darte cuenta por ti mismo, lo verías. Verías de todo lo que era capaz.
 Mentí. Te dije que no te necesitaría, que sin ti podría seguir adelante, porque yo era fuerte. Y te lo iba a demostrar.
 Cerraste la puerta tras tus pies y tus maletas, y de mis ojos brotaron lágrimas que en vez de tristeza, eran de pura rabia. Rabia y frustración. No podía permitir que alguien así pudiera llevarme al extremo de ser tan dependiente. Moría de ganas porque el tiempo pasara y vieras que ya no te necesitaba, que era una mujer independiente, entregada a lo que yo consideraba, mi vida, mi trabajo, mis estudios. Y cuando lo vieras te ibas a dar cuenta que estabas arrepentido de tu decisión, que me extrañabas a mares y que no podías continuar con tu vida, porque te faltaba la otra mitad.
 Pero el tiempo pasó, y no sin resultar totalmente trágico y fastidioso. Porque los papeles se habían dado vuelta. Quién era independiente y entregado, no era yo, sino tú. En cambio, la que extrañaba, la que lloraba, la que no sabía como salir de un círculo vicioso, era yo.
 No volviste jamás y como boba yo te esperé. Tal vez más tiempo del que merecías que te esperase. Pero nunca cerré la ventana. Tal vez así, vuelvas, flotando entre la brisa. Tal vez, tu perfume llegue a mi, y si tengo suerte aparecerás cuando menos lo espere.
 Y sin ningún tipo de remordimiento de parte de los dos, nos miraremos con dulzura, me darás flores: rosas blancas; mis favoritas ¿cómo lo recuerdas?
 Las aceptaré, me dirás cuánto me extrañaste y te contestaré que siempre lo supe, y que tambien siempre supe que vendrías, y que por eso te esperé tantos años en soledad. Me dirás: te amo; y te diré que nadie más que yo puede amarte de esta manera.
 Y colgado de un beso, se disipa en el ambiente la fantasía. La realidad es que ya no estás. Y tan solo estaba soñando despierta o dormida, ya ni me doy cuenta.
 Únicamente me levanto y doy unos pasos, aún impresionada por la ilusión, hacia la ventana. Miro hacia afuera, no anda un alma por la calle. Inspiro con fuerza y no siento tu perfume. Todo el aire de mis pulmones se va en un enorme suspiro.
 Cierro la ventana algo desilusionada. Pues ya no vendrás.

20.3.11

Gayola

  Hace unos meses que caí acá en la gayola. Una injusticia. Me culparon de un robo que no cometí. Me dijeron que me había robado un cuero marca Correa, que lo encontraron abajo del catre que mi tata me había dado cuando me casé con la vieja. Si habré dormido miles de noches con ella ahí y otras mil afuera con el perro Cachira por llegar borracho.
  No puedo creer, el daño que le hice, a pesar que de esto soy inocente, tal vez estoy pagando con creces todas las noches que volvía del bar, con unas copas de más, medio mamado y me desquitaba de la pobreza, del hambre y la mala suerte con ella. Tan delicada.
  Y también, como extraño a mi pibe. Ese que se fue un fin de año y nos dejó; a mi y a mi vieja solos como dos perros. Todavía no quiero (ni puedo) entender por qué se fue, pero lo hizo por su bien, según él.
  Se que no me van a tener acá por mucho tiempo. Espero volver pronto a mi rancho, volver a ver al perro flaco. A la vieja y a la miseria.

17.3.11

El Piano

  Cada nota es un alivio. Si hace días estoy sentado al piano tratando de volcar allí la melancolía. Cada nota me lleva a un espacio donde no existe la maldad, la codicia. La música es la salvación del mundo. Por lo menos en mi mundo.
  Mis dedos sobre las teclas se sienten como un remedio para la fatalidad, un letargo que me adormece. Ya he cambiado de parecer, y he cambiado mi ser porque tu lo pediste. ¿Y qué conseguí a cambio? Te fuiste y me dejaste aquí junto al piano.
  Si antes te sentabas a mi lado a escuchar la dulce melodía que de mi nacía al verte, que nacía de tu corazón y que yo lo tomaba para transformarlo en algo armonioso y dulce como tu cuerpo. Tus latidos eran los pulsos con los que conseguía guiarme, tu voz eran mis corcheas y tus miradas, mis silencios. Eras en sí, una partitura en vida. Tu belleza mi clave de sol. ¿Qué nos pasó? Si veo ahora y ya no estas a mi lado, junto al piano.
  Miles de noches he soñado, miles de veces me he inspirado con tu presencia en mi vida. Pero ahora, ya no estas y ¿qué debo hacer?
  Seguiré en el piano, tocando sin parar un segundo. Porque es allí donde estás, aunque no te vea. Allí estás y lo estarás por siempre. Mientras la música salga de allí, allí vivirás. Tanto así como en mi corazón. Mis recuerdos te pertenecen, pero eso ya lo sabes

16.3.11

Mis ojos se ven cansados de llorar

Dame un beso que me haga viajar,
dame una canción para esperar,
dame una razón para cambiar.

Dame un sueño roto para coser,
dame un libro que me haga crecer.

Cuando el mar no tenga sed y el amor sepa perder.
Venderé mi corazón, para darte algo mejor.

Perdoname, abrazame,

               ..te he visto llorar,
donde nadie llora más, donde el amor sabe mal,
donde los besos se van, donde la vida da igual,
donde nada es de verdad, donde no existe la paz

Dame un par de noches y te amaré,
dame una sonrisa y no te olvidaré.

Cuando el mar no tenga sed y el amor sepa perder
Venderé mi corazón para darte algo mejor.


Perdoname
                                                                                              
                                                                                                           abrazame,
te he visto llorar,
          donde nadie llora más, donde el amor sabe mal,
                       donde los besos se van, donde la vida da igual,
donde nada es de verdad, donde no existe la paz.

13.3.11

Cuando ya no nos quede nadie.

  Y es cuando uno está al final de todo cuando se da cuenta de que lo importante en la vida fue eso, vivirla. Y que lo más insignificante se convierte en lo único en lo que uno debe ansiar.
  Pensar cansa. Y aún más volcar las cosas al texto, lleva un trabajo de selección y orden. En el arte de escribir, el cual más que arte; varía, fluye y se sincera a la hora de hablar de estados de ánimo. Y es ahí, cuando mi ánimo flaquea, que reflexiono sobre una filosofía de vida bastante barata que claramente me involucra e involucra a la gente más cercana, tocada de lleno o en parte por mi bipolaridad. El ánimo flaco, que no se alimenta, es el más propenso a enfermar hasta perder la cordura. Propenso a ser atacado por miedos y dudas, donde las inseguridades toman el control, encarcelando a la mejor parte de mi: el poco optimismo que me nace y me caracteriza.
 ¿Será mi culpa dejarme gobernar por instintos pocos saludables? Caer en estos pozos es un acto bastante imprudente. Pero conozco el camino, creo saber por dónde andar.. ¿hasta dónde ajustar la cuerda? ¿cuándo tirar de ella? ¿cuándo aflojar o desatar? Algunas veces mi capacidad de autocontrol, sobrepasa mis límites.
 Siento como si deseara escarbar el agujero de mi pecho y arrancar la mala hierba para volver a la tranquilidad y serenidad que tanto necesito.
 "Y aunque yo me aferre con la fuerza de un millón de soles,
           y me arranque con las manos el alma"
  Pero hay momentos que alcanzar esa "simil" paz, lleva un trabajo y una dedicación que no puedo tener ahora. Asumo que en estos momentos no puedo.
  Ni siquiera sé del por qué de la razón de estar escribiendo esto. Simplemente tengo malos días. Pero tengo derecho a tenerlos.
  No encuentro la forma de hacer algo por mí misma. Debo buscar todas aquellas cosas cosas que hacen sacar lo mejor de mi desde lo peor que me cubre ahora. Y ni siquiera se si todo lo que pasa ahora se va a solucionar con algo tan simple y complicado como el tiempo.
  Agradecería que algo apareciera; un saludo, una palabra, un simple abrazo. Me basta que todo aquello funcione como un cable a tierra que me haga recordar quién soy y qué es lo mejor que puedo hacer. Que haga sacar a la muchacha simpática que tanto me gusta ser, por lo menos hasta mi próximo cambio de humor..

 En fin, bienvenidos al ruedo. Nuevamente