Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

14.3.12

Y la clavé no más.

 Viste, eran de esas noches en las que uno va resignado a que la vida le haga una mueca. Vida, sonreíme. Tirame un centro, que yo hace rato vengo tomando carrera para clavarla en el medio del ángulo, donde nadie la puede llegar a agarrar.
 Venía pateando cascotes, de a dos en dos, de a tres en tres, de puñado de piedras en puñado. No había pero nadie en la calle. No sabía qué onda, no debían ser más de las once. Apenas se veía un cacho más atrás, la luz de algún que otro auto en la ruta. Pero yo le huía al pueblo, me estaba yendo de ahí. A algún barcito que pudiese encontrar donde tomar algunas copas, o simplemente mirar. Sentarme a fumar y mirar la gente pasar. Y así, hasta el amanecer.
 Y quién iba a decir que ahí te iba a encontrar. Un pequeño consuelo que calmase mi dolor, mi agonía. No por completo, pero si que aplicara un poco de paños fríos a ese "vi luz y entré"
 Esta vez voy saltando, si no caigo mal, tendré suerte.
 La radio pasaba una y otra vez la misma canción como si el destino me insistiera que esta era la chance que tenía de cabecear. Pensé seriamente en dejarla pasar solo por si había sido condescendiente conmigo. Entraste al bar y me viste, me encontraste.
 Te volví a ver, esta vez fue más detenidamente. En el mismo lugar, en la misma puerta, siempre sentados, yo fumando, vos contando el por qué estabas ahí, quién te había herido y de quién pensabas ya no querías volver a ver.
 No me habías elegido, solo estábamos ahí por pura casualidad, por haberse visto una noche y fumar, tomar algo. Hablar.
 Y si al escenario subimos esa noche los dos, también fue casualidad. Vos con la guitarra, yo con las ganas de llorar. Me gané unos pesos, que no me dejaste compartir con vos, pero que como en recompensa te compré una cerveza más fría que helada. Y  me obligaste a sentarme ahí, y tomarla los dos. No hablamos porque no fue necesario. Las miradas bailaban y las sonrisas entre bambalinas también.
 ¿Y si caminamos? No querido, me duelen los pies de tanto caminar ya. ¿No podemos quedarnos sentados acá? Junto a la puerta, solo mirándonos. Mientras una colilla se va detrás de otra y se encuentran en el piso.
 ¿Y si amamos? No querido, me duele mucho el corazón para esos trotes.
 ¿Y si sonreímos?.. ¿Solo por sonreír? ¿Y por qué no?

 ¿Ya te vas? No me decepciones. Porque no se si podría soportarlo otra vez. Chau loco, no me queda otra.
 ¿Puedo ir con vos? Es un camino para uno solo.
 ¿Y no se puede bifurcar? Sería hacer dos por separado... Pero loca, lo podemos volver a unir.
 ¿De dónde sos? ¿A dónde vas? ¿Te puedo acompañar?
 No interesan ya tantas preguntas, tiro el último cigarrillo y empiezo a caminar. Fue bueno mientras duró.
 Pero no me escuchó, los pasos detrás mío sonaban mejor.

1 comentario:

  1. Por favor, no te olvides de esto que diré ahora:

    Nunca dejes de escribir.

    Es impresionante. Siempre.

    Te amo. Scout.

    ResponderEliminar