Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

7.5.14

Amor rojo

Levantá la vista. Mirá.

Algo dentro tuyo está ahí afuera, esperando a que te decidas.

Decidite. Ya.


Quién te acompañará en un rumbo incierto de melancolías, de tristezas y abrazos que nunca se terminaron de dar. Quién.

Ahí está, alcanzalo, no lo sueltes.

Es él, lo que siempre quisiste, alguien como vos. Alguien como vos.

No lo sueltes, no dejes que se vaya, seguí sus pasos a la par, no lo subestimes, no lo ahogues y él va a estar ahí para vos, como siempre, y quién sabe si siempre.

Te quita el peso que te deja sin aire, despeja tu mente de nubarrones, te crea sonrisas y momentos. Te abraza. Su amor te abraza (y te abrasa).

Es tu espejo y refleja lo que sos, suele ser duro aprender. Pero aprendiste, mujer, que primero estás vos y después el resto del mundo. Él te lo enseñó, no lo defraudes.

Querelo, amalo, siempre.


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