Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

9.7.10

Apagón

La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia si me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente.
Sin embargo, la indiferencia me preocupa muchísimo. La considero una actitud vergonzosa. Aunque la vergüenza no me preocupa. Antes sí, me preocupaba. Pero a mí me da lo mismo el antes y el después; mi vida no es un desarrollo tendiente a nada. Por eso la nada no me quita el sueño.
El sueño, en cambio, es algo que sí me interesa. A veces me quedo toda la noche despierto, pensando en eso. No llego a ninguna conclusión, pero las conclusiones me exasperan.
Prefiero los puntos de partida. No por la partida, por los puntos. Siempre trato de acumular puntos. No por los puntos en sí, es por la acumulación. La acumulación entendida como una cosa sola, y no como un cúmulo de otras. Los cúmulos, yo, si pudiera, los disgregaría. Las cosas tienen que ir separadas; no juntas. Juntas forman parte de otras cosas, y eso trae complicaciones.
Aunque yo a las complicaciones no les tengo miedo. Lo que me asusta es lo simple. Lo simple no se sabe de dónde sale; ahí es donde está el misterio. Aunque los misterios, por suerte, no me interesan.
Me interesa la suerte. qué desgracia. Porque la suerte es escasa. Y si dijera que no me preocupa la escasez, mentiría. Pero mentir no me preocupa.
A mí me preocupa la verdad. Cuando miento no tengo problema; puedo decir cualquier cosa. Aunque sea verdad, no importa, porque lo que digo de mentira. Pero cuando hablo con la verdad, tengo que andar con más cuidado. Por las dudas, en esos casos digo lo menos posible. Y después me desdigo, así cubro dos posibilidades.
Pero no es que me quiera cubrir. Yo hago todo a la intemperie.
Y si no hay luna, mejor. A mí me gusta la oscuridad

Apagón, Leo Maslíah

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