Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

17.3.11

El Piano

  Cada nota es un alivio. Si hace días estoy sentado al piano tratando de volcar allí la melancolía. Cada nota me lleva a un espacio donde no existe la maldad, la codicia. La música es la salvación del mundo. Por lo menos en mi mundo.
  Mis dedos sobre las teclas se sienten como un remedio para la fatalidad, un letargo que me adormece. Ya he cambiado de parecer, y he cambiado mi ser porque tu lo pediste. ¿Y qué conseguí a cambio? Te fuiste y me dejaste aquí junto al piano.
  Si antes te sentabas a mi lado a escuchar la dulce melodía que de mi nacía al verte, que nacía de tu corazón y que yo lo tomaba para transformarlo en algo armonioso y dulce como tu cuerpo. Tus latidos eran los pulsos con los que conseguía guiarme, tu voz eran mis corcheas y tus miradas, mis silencios. Eras en sí, una partitura en vida. Tu belleza mi clave de sol. ¿Qué nos pasó? Si veo ahora y ya no estas a mi lado, junto al piano.
  Miles de noches he soñado, miles de veces me he inspirado con tu presencia en mi vida. Pero ahora, ya no estas y ¿qué debo hacer?
  Seguiré en el piano, tocando sin parar un segundo. Porque es allí donde estás, aunque no te vea. Allí estás y lo estarás por siempre. Mientras la música salga de allí, allí vivirás. Tanto así como en mi corazón. Mis recuerdos te pertenecen, pero eso ya lo sabes

No hay comentarios:

Publicar un comentario