Tarde de llovizna gris, pero el sol está en ti. Hundido en tu regazo. Tejes y tus manos son dos lirios al amor, reposo en tu cansancio. Ven, te quiero ver andar, silencioso y frutal. Adagio de la espera. Ven que el tiempo es de los dos y por gracia tendremos primavera. Si eres pan que floreció en la mesa del amor y el vino de tu sangre es savia. Si tu aliento en el cristal, es cielo abierto al sol, la luz en tu regazo canta. Ven que este tiempo es de los dos y es gracia por nuestro amor

26.3.11

Tengo abierta la ventana, porque asi se escapa el tiempo sin verte.

 Debo admitir que se me hace tremendamente dificil seguir así, de este modo. Pero me advertiste al irte que esto sucedería. Me preguntaste si estaría bien, y sin poder dejar mi orgullo de lado te contesté que ya ibas a darte cuenta por ti mismo, lo verías. Verías de todo lo que era capaz.
 Mentí. Te dije que no te necesitaría, que sin ti podría seguir adelante, porque yo era fuerte. Y te lo iba a demostrar.
 Cerraste la puerta tras tus pies y tus maletas, y de mis ojos brotaron lágrimas que en vez de tristeza, eran de pura rabia. Rabia y frustración. No podía permitir que alguien así pudiera llevarme al extremo de ser tan dependiente. Moría de ganas porque el tiempo pasara y vieras que ya no te necesitaba, que era una mujer independiente, entregada a lo que yo consideraba, mi vida, mi trabajo, mis estudios. Y cuando lo vieras te ibas a dar cuenta que estabas arrepentido de tu decisión, que me extrañabas a mares y que no podías continuar con tu vida, porque te faltaba la otra mitad.
 Pero el tiempo pasó, y no sin resultar totalmente trágico y fastidioso. Porque los papeles se habían dado vuelta. Quién era independiente y entregado, no era yo, sino tú. En cambio, la que extrañaba, la que lloraba, la que no sabía como salir de un círculo vicioso, era yo.
 No volviste jamás y como boba yo te esperé. Tal vez más tiempo del que merecías que te esperase. Pero nunca cerré la ventana. Tal vez así, vuelvas, flotando entre la brisa. Tal vez, tu perfume llegue a mi, y si tengo suerte aparecerás cuando menos lo espere.
 Y sin ningún tipo de remordimiento de parte de los dos, nos miraremos con dulzura, me darás flores: rosas blancas; mis favoritas ¿cómo lo recuerdas?
 Las aceptaré, me dirás cuánto me extrañaste y te contestaré que siempre lo supe, y que tambien siempre supe que vendrías, y que por eso te esperé tantos años en soledad. Me dirás: te amo; y te diré que nadie más que yo puede amarte de esta manera.
 Y colgado de un beso, se disipa en el ambiente la fantasía. La realidad es que ya no estás. Y tan solo estaba soñando despierta o dormida, ya ni me doy cuenta.
 Únicamente me levanto y doy unos pasos, aún impresionada por la ilusión, hacia la ventana. Miro hacia afuera, no anda un alma por la calle. Inspiro con fuerza y no siento tu perfume. Todo el aire de mis pulmones se va en un enorme suspiro.
 Cierro la ventana algo desilusionada. Pues ya no vendrás.

2 comentarios:

  1. Corazón, el día que tengas tu best-seller en manos, acordate de mí.
    Es increíble lo que escribís, y además, la música esa que suena apenas entrás al blog, el piano ese... acompaña magníficamente la lectura.
    Te amo amiga,
    sos lo máximo.

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  2. Gracias, me siento halagada.
    Muchas gracias, mi primer best-seller te lo envio a tu casa.

    Me faltan 5 capitulos para terminar el libro! Y ahora cada vez que me hables de tu papá, me va a sonar Atticus. Genial el libro.


    Y si, te amo :)

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